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miércoles, 14 de septiembre de 2016

Amelia pertenece a la comunidad GLBT de Venezuela y le ganó una demanda al instituto donde está próxima a graduarse de TSU


La causa de la demanda: discriminación de género.

Amelia Sofía Montilla nació en San Felipe estado Yaracuy un 19 de mayo de 1994, en su partida de nacimiento y en el resto de su documentación aparece como Anthony Carl Barrasa Montilla, hija de Carmen Montilla natural de Betijoque estado Trujillo y Antonio Barrasa oriundo de Santa Marta-Colombia, es el segundo de tres hijos de esta unión, además tiene otro hermano menor fruto del segundo matrimonio de su madre, ya que su papá murió cuando él tenía tan solo 6 años de edad.

Escogió el nombre de Amelia en honor a su abuela paterna, a pesar de que nunca la conoció pero se sintió identificada con el mismo. Conozcamos sobre su historia…
“Cuando tenía 5 años yo descubrí que realmente era una niña, pero yo sentía que era una niña diferente a las demás, era algo que internamente y mentalmente sentía, pero que no podía exteriorizar porque cuando uno va creciendo va creando una conciencia y tus padres te van concientizando y formando de que tú eres hombre o mujer”., Amelia.
¿Recuerdas la primera manifestación o indicio que tuviste de que te sentías niña en vez de niño?
Si, en algún momento le pregunté a mi mamá por qué tenía miembro masculino y no femenino, mi mamá sencillamente me respondió ‘Naciste hombre’ ”.

Relata que su mamá sintió que algo no andaba bien, pero hace énfasis en decir que hace una década su madre no tenía la misma cultura sobre lo que es una persona transgénero, razón por la cual tomó la decisión de llevarlo al psicólogo pensando que era un trastorno de género.

Amelia que era Anthony para aquel entonces no le quedó de otra que continuar su infancia y adolescencia como varón, sin embargo, destaca que siempre fue una persona muy tímida, introvertida, retraída, “no me identificaba con lo que era por fuera y para esa etapa de mi vida no exteriorizaba lo que realmente soy-una mujer-por la sociedad y la familia, por el miedo al rechazo y eso deprime”, comenta.

Ya que hablas de rechazo y miedo, ¿alguna vez sentiste rechazo por parte de tu familia?
Para nada, mi papá falleció cuando yo solo contaba 6 años de edad, por lo tanto, no vivió lo que yo estoy experimentando ahora y con mi mamá tampoco, obviamente se asusta, pero era un susto de protección porque no quería que nadie me hiciese daño, y eso, yo lo comprendí a medida que fui creciendo y aceptando.

Con respecto a mis hermanos, todos me respetan, a pesar de que quizás no estén de acuerdo, aún a cuando no me lo digan.

A los 14 años me comenzaron a gustar los chicos
Amelia cuenta que durante la adolescencia trató de tener un bajo perfil para no llamar la atención, "¡Claro!, cuando tenía 14 años me comenzaron a gustar los chicos, pero yo siempre reprimía eso para que los demás no se dieran cuenta, pero cuando eres una persona que gesticula mucho, es muy difícil esconderlo. Y confieso que sí pasé por lo que llaman hoy en día “bullying”, pero nunca me afectó porque yo desarrollé una coraza".

La primera vez que se alejó de casa
Una vez concluido el bachillerato, Amelia presentó la prueba vocacional de la cual dice con mucho orgullo haber obtenido 100/100 y más el promedio de 17,80 puntos, le salió cupo para estudiar en Valencia en el área de Ingeniería Química, pese a que en el fondo no le gustaba la carrera, emprendió su rumbo a esta ciudad, quizás más motivado por la razón de que en esta urbe hace vida la comunidad GLBT (Gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros) más grande del país, “ya yo iba con la intención de redescubrirme, buscar respuestas a lo que yo sentía y pensaba”.

¿En ese mundo qué conociste y comenzaste a experimentar; drogas, sexo?
Nada de drogas, a pesar de que no soy el más apropiado para juzgar a nadie, a lo largo de la vida tomamos decisiones sean buenas o malas, pero nos hacen aprender.
Estuve en una residencia donde conocí muchos chicos gays, nos hicimos amigos pero nunca tuve con ellos ninguna relación sentimental ni sexual. Como siempre he tenido más aspecto femenino que masculino, ellos me veían como una amiguita.

En el 2011, un amigo maquillador me dice “tú te debes ver bonita de mujer a mí me gustaría hacerte una prueba de maquillaje y me gustaría llevarte a un concurso si te ves bien”, ese día también me llevó a una discoteca y causé impacto, es desde ese momento que comienza mi incursión en concursos gays de belleza.

En la Srta. Babilón conocí a mi primera amiga transexual Dayana Izaguirre, que hoy en día está en España, la cual me ayudó mucho en relación a la orientación que me dio en muchos aspectos, por ejemplo saber diferenciar entre lo qué es un travesti, un transgénero, un transexual, entre otros, lo que para el momento desconocía.

¿En este momento tú que eres?
Travesti, apenas desde el año 2014 inicié el proceso de hormonización, esto lleva años no es de un día para otro, no me he hecho ninguna operación, de paso no es fácil actualmente conseguir esos medicamentos en el país.

En el 2014 le dije a mi mamá hasta hoy llevó la cruz de Anthony, no voy a dejar de ser tu hijo, pero quiero que conozcas a tu hija. Mi mamá lloró pero siempre me apoyó y me pidió asesoría porque era un mundo totalmente desconocido para ella.

Por supuesto, antes de empezar con la hormonización visité especialistas en el área de psicología y endocrinología.

Este proceso es totalmente serio, porque hay muchas personas que conozco de la comunidad GLBT que están como confundidas; piensan que esto es un juego, hoy son mujeres y al otro día se cortan el cabello y son varones, esto va muchísimo más allá, es algo que se vive a diario.

Yo sé que físicamente me hace falta mucho para parecerme a lo que yo realmente quiero, que es ser una mujer, tampoco es que me siento mejor que una mujer, todo lo contrario yo siempre he admirado a las mujeres, porque ellas han jugado un papel muy importante en mi vida, son las que me han apoyado, mis mejores amigas son mujeres y mi madre es una mujer y solamente con el hecho de haberme obsequiado la vida, es la mejor bendición que me ha dado.

Mucho se habla de que ustedes han sido abusadas o violadas ¿Es tu caso?
Para nada, yo he corrido con muchísima suerte en ese aspecto, porque mi mamá siempre me apoyó y cuidó.

¿A qué edad tuviste tu primera relación?                          
Mi primera relación sentimental fue a los 15 años.

¿En una relación sexual cómo te sientes?
Yo me siento como una mujer, en rol pasivo pero igual mujer, no tengo ningún problema, aunque es muy difícil cuando eres una mujer ‘trans’ el mantener una relación estable con un hombre, en especial en nuestra cultura.

Eso sí, si vas a mantener relaciones sexuales, colócate un preservativo, una siempre se tiene que cuidar y cuidar al resto de las personas, hay que ser responsables, quererse una misma y ser responsable con una y con los demás.

Amelia está próxima a graduarse de TSU en Seguridad e Higiene Industrial
Actualmente Amelia cursa el V semestre de Seguridad e Higiene Industrial en un instituto de la capital sanfelipeña y aunque ya está próxima a graduarse, no todo fue color de rosa en este transitar, ya que no la aceptaban que asistiera a clases como lo que ella se siente, una mujer.

“En el segundo período del 2013 me inscribí, obviamente como aparezco ante la ley como Anthony, de paso tenía el cabello muy corto y me saqué el carnet como varón pero ya en ese momento ya había tomado la decisión de ser una mujer transgénero, por lo tanto, para cuando comencé a cursar el segundo semestre en marzo 2014 me fui vestida de mujer, de una mujer decente pero no me quisieron dejar pasar, ese mismo día mis compañeros de clases me apoyaron muchísimo porque ya les había comentado mi realidad, me molesté mucho y me dejaron pasar a conversar con la subdirectora pero igual fue en vano (por cierto, anteriormente una amiga que estudiaba ahí vivió mi misma situación  y no pudo continuar sus estudios por falta de orientación y asesoría).

En mi caso, el desenlace fue feliz gracias a la asesoría que tuve por parte de Tamara Adrián, activista pro derechos de la comunidad sexodiversa en Venezuela y hoy en día diputada en la Asamblea Nacional, quien me recomendó buscar un abogado y demandar a la universidad por discriminación de género, este proceso duró un año en el cual me exigieron hasta las pruebas de la hormonización y pese a que no debía mostrarlas, ¡las mostré! porque yo no tengo problemas en mostrarme tal cual soy, eso permite ganarse el respeto de los demás, no me dejé pisotear y salí victoriosa.

Además, Amelia explica que incluso el abogado defensor le preguntó si quería una beca por el resto de la carrera, a lo que ella respondió que continuaría pagando sus aranceles ya que lo único que quería era que la respetarán como mujer y la dejasen estudiar ¡Yo me gané el respeto de los demás! y otro de los beneficios que se ganó fue el de entrar al baño de mujeres a retocarse el maquillaje y dice orgullosamente “Hasta les doy consejos de belleza a las muchachas”.

Concursos gays de belleza en los cuales ha participado
  • 2011: Miss Millenium Gay Venezuela, concurso amateur-Valencia. Quedó de tercera finalista.
  • 2011: Caribean Beach-Zulia. Se coronó.
  • 2011: Srta. Discoteca Babilón. Segunda finalista. 
  • Top model. No figuró en el cuadro.
  • 2016: El próximo concurso en el cual participará Amelia portando la banda de Miss Apure será el Miss Gay Venezuela Centro, siendo el segundo concurso más importante en esta área del país, y que se efectuará el venidero 15 de septiembre en el Red Carpet ubicado en la Asociación de Ejecutivos de Valencia estado Carabobo. Participa por segundo año, la primera vez no quedó en el cuadro.
Amelia se va para España
A penas se gradúe tiene como objetivo irse del país, específicamente para España, en gran parte porque quiere desarrollarse completamente como una mujer transformada y ella opina que en Venezuela aún estamos en pañales en este tema, desea vivir en una sociedad donde pueda transitar libremente sin que nadie la señale “en pleno siglo XXI aún en mi país viven con estereotipos, yo me monto en una buseta y me miran como si yo fuese un ser extraño de otro planeta, se ríen de mí, no hay cultura en cuanto al respeto que merecemos”.
También, quiere terminar su transformación como mujer en el país ibérico y estudiar diseño integral.
“Quiero hacer las cosas bien y no correr ningún riesgo”
Para finalizar esta entrevista, Amelia dijo que quiere hacer las cosas bien y no correr ningún riesgo, así que por los momentos tiene pensado concluir su proceso de hormonización y hacerse la mamoplastia, y esperar que la ciencia avance más con respecto a la reestructuración del aparato genital.

De igual forma, manifestó que quiere formar parte de organizaciones que trabajen en pro de los derechos de la comunidad ‘gays’ y ‘trans’, en especial de esta última que según ella es la más marginada, para que se les respete su espacio en la sociedad “Si tú no trabajas para que las cosas cambien, entonces las cosas no cambian”. Dijo que el respeto incluso debe ser hasta dentro de la misma comunidad GLBT a la cual pertenece porque hay mucha discriminación entre ellos mismos, por la misma sexodiversidad.

“Quiero que la sociedad nos vea como lo que somos: seres humanos, que al igual que otros estudiamos, trabajamos, somos personas cultas, que se quiten esos estereotipos tales como que somos plásticas, prostitutas, entre otros”, opinó.

Amelia, ¿qué mensaje le das a las personas que están viviendo tu experiencia y al resto de la sociedad?
Mi mensaje para los que estén experimentando lo mismo que yo experimenté en cierto momento, es que se acepten tal cual son, no le tengan miedo al Mundo, hablen con su padres, infórmense sobre lo que realmente son, sean personas responsables y seguras de sí mismas, porque en la calle la gente es bastante dura, pero si te aceptas, te amas y estás segura de lo que eres, no te va importar, que se llenen de mucha fortaleza y que crean en Dios, porque Dios es la fuerza más importante que una tiene, expresó.

Para el resto de la sociedad mi mensaje es que no importa si somos heterosexuales, homosexuales, travesti, entre otros, lo importante es que seamos útiles, que seamos personas que sumemos no que restemos, puntualizó.

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